Cuidados básicos para los gatos (infancia)

Los gatos al nacer no pueden ver ni oír, pero si pueden tocar y oler, reconocen a su madre por medio de estos dos sentidos, de hecho, el sentido del olfato jugará un papel primordial en sus vidas.
La alimentación es crucial en este momento, un gato recién nacido duplica su peso en sólo 5 días, generalmente cada gato tiene su propio pezón, al que vuelve por medio del olfato cada vez que quiere comer. Este mecanismo de la naturaleza evita disputas entre las crías por el alimento.
Dependen de la madre de una forma vital, no sólo por el alimento sino también por el abrigo, dado que los gatitos recién nacidos no pueden controlar su propio calor corporal, por lo que sin el contacto y el calor materno morirían en menos de una hora.
Los cachorros abandonarán el seno materno en cuatro semanas. A las cinco semanas tienen perfectamente desarrollado el oído. La vista la desarrollan plenamente a los cinco meses. No conocen el miedo hasta las seis semanas de vida.
Si los gatos no entran pronto en contacto con humanos no podrán ser mascotas y crecerán como felinos salvajes recelando de nosotros. Esto no quiere decir que tengan que ser necesariamente arrancados de su madre, sino que se acostumbren desde pequeños al contacto y la compañía humana.
A los cinco meses un gato es adulto y autosuficiente. Al año, todos los sentidos, fuerza muscular y coordinación física están plenamente desarrollados.
Lo más importante para que un gato tenga una vida sana y feliz es una dieta correcta, limpieza, calor y compañía humana. El momento de la comida es fundamental, por lo tanto hay que tratar de alimentarlo a la misma hora. Su comida, además les gustara mas si esta a temperatura ambiente. Los gatos pueden y deben tener una dieta variada. En general estos animales pueden ser muy mañosos con la comida; si se le permite tener preferencias, después no querrá probar lo que no le gusta Los gatos adultos necesitan una comida por día; hay personas que prefieren darles dos raciones diarias, pero más pequeñas. Hay algunos otros cuidados que debieras tener en cuenta:




Si tu gatito se rasca las orejas, tal vez tenga pulgas. Las pecas en sus orejitas son signo de la presencia de ácaros. Las pulgas y los ácaros son dos molestias que pueden dañar la audición si no se los trata, por eso, en caso de sospecha, lo mejor es recurrir a un veterinario. Las pulgas se instalan entre los pelos del gato y son difíciles de ubicar. Ciertas manchas marrones en el pelaje suelen ser excrementos de las pulgas.
Para sacarle estos molestos bichitos, lleva tu gato al exterior (en lo posible) y cepíllalo sobre un papel blanco. Luego rocía el papel con agua. Si las manchas marrones se vuelven rojas, entonces son excremento de pulgas.






Hay dos tipos de lombrices que afectan a los gatos: las chatas y las redondas. Ambas son despedidas con la materia fecal y causan indigestión y debilidad. Si piensas que tu gato las tiene, llévalo inmediatamente al veterinario.

Cepillado

Cuando tengas un gatito, deberás dedicarle un tiempo para cepillarlo. Los de pelo corto deben ser cepillados una vez por semana y los de pelo largo diariamente. No te olvides de cortarle cuidadosamente los mechones apelmazados y utiliza un cepillo de cerda.





Si está enfermo, lo mejor es abrigarlo y ubicarlo en una habitación oscura. Los gatos enfermos pueden morder, por eso hay que tocarlos lo menos posibles y llamar enseguida al veterinario. Si tu gato es atropellado, colócalo sobre papel en una caja de cartón, cúbrelo, y llévalo al veterinario.