Habana

Origen: Aunque su nombre se asocia más con el humo de un buen puro habano, este gato es originario de Inglaterra, bien lejos de lo que indica su nombre. Fue obtenido mediante cruzamiento entre siameses chocolate. Al principio, un siamés en el que los factores genéticos que regían la dilución de los tonos en cabeza y cuerpo, sufrían una "interferencia" y cesaban en su influencia. Resultado de cría selectiva en los años cincuenta para mantener la esbeltez del siamés, sin sus extremos de color.

Descripcion: Como sus antepasados siameses, el habana es un gato listo y cariñoso. Es extremadamente juguetón y exige atención y afecto. A pesar de su naturaleza activa, se conforma bastante bien con la vida al interior. Suele hacerse mucho a un solo miembro de la familia, y le será fiel toda la vida.

Esta raza sólo existe en un color, pero los estándars difieren en Inglaterra y en Estados Unidos. Los británicos prefieren un aspecto más bien oriental, mientras que los americanos prefieren algo más parecido al azul ruso.

El pelaje es corto, muy brillante, e igualado sobre todo el cuerpo. El cuerpo es alargado y esbelto, con patas largas y finas, y pies pequeños y ovalados, y una larga cola, terminada en punta. La cabeza tiene forma de cuña (es más larga que ancha), con una nariz corta
y angulada; los ojos, distantes entre si, son de forma almendrada y oblicuos, y las orejas muy grandes, redondeadas en la punta y rosadas por dentro.

Las hembras son excelentes madres, y sus gatitos son pequeños peluches. Ella habla constantemente con sus retoños. El habana es una raza popular, pero como sigue siendo bastante raro, su precio suele ser elevado.

Caracter: Su carácter es menos variable que el de sus antecesores los siameses, suelen presentar características de "confianza en sí mismos", alegría e independencia que, juzgadas con criterios humanos, pueden tildarse de extroversión y "descaro". Se encariñan mucho con sus amos, a los que proporcionan largas sesiones de juego y actividad.