Para los gatos y para cualquier animal o ser vivo, el agua es un elemento imprescindible a lo largo de la vida. Partimos de la base de que es el mayor componente del cuerpo, llegando al 60% del peso corporal en el gato adulto, y aún mayor en los gatitos: 75-85%.

Los requerimientos diarios de agua en el gato son de 50 a 70 cc/kg de peso, (210 cc para 3 kg) pero cuando comen carne fresca, los gatos utilizan el agua contenida en la carne (50-60%) por lo cual, no le verás beber mucho. Al contrario sucederá con los alimentos secos, que al poseer alrededor del 10% de humedad, tu gato se verá obligado a ingerir más agua. Respecto a los mininos que toman leche, hay que considerar que, para un gato adulto, este alimento es prácticamente solo una fuente de agua, ya que está compuesto en más del 80% por este líquido vital.

Cuidado con la deshidratación
Tu gato puede sufrir la pérdida aguda de su líquido corporal, lo cual se denomina deshidratación. Estas deudas se producen por diferentes vías:

  • Por la pérdida de líquidos corporales a través del vómito y diarreas agudas. El aumento de la eliminación de orina, por problemas renales, diabetes o diuréticos o, por el contrario, acumulación como ascitis o colecta pleural explican la falta de agua.
  • Dificultad para tragar agua, ya sea por enfermedades bucales o generales.
  • Pérdida de sangre a causa de hemorragias.
  • Quemaduras, llamadas también exudados o trasudados, donde se pierde agua y proteínas.

Cuando se produce una deshidratación aguda, la primera compensación viene de la mano del plasma sanguíneo, disminuyendo el volumen total de sangre -hipovolemia-, o por la concentración de la sangre. También se restringe la eliminación de orina en un animal con el riñón normal y, la poca que se evacua, está muy concentrada (alta densidad).

La hidratación está muy relacionada con el volumen sanguíneo, que en condiciones normales es de 50-70 ml/kg en el gato (un gato de 3 kg tiene 210 ml de sangre). El volumen plasmático es del 5% del peso corporal, es decir, 50 ml por kg.

Los signos de la deshidratación
En caso de que tu gato se deshidrate, mostrará síntomas que serán anormales respecto a su comportamiento habitual. Si le observas, te será fácil apreciar que algo le está sucediendo a tu mascota. Los signos son variados y dependerán del grado de deshidratación en el que se encuentre el animal.

  • Depresión mental.
  • Anorexia.
  • Pérdida de turgencia de la piel (si se forma un pliegue, tardará en volver a su estado normal). Se considera leve hasta el 5% y grave hasta el 12% del peso (no hay retorno del pliegue).
  • Disminución de peso debido a la pérdida del agua que forma parte de la composición corporal.
  • Aumento del tiempo del llenado capilar. Se considera del 7-9%.
  • Hipotermia.
  • Color pálido de las mucosas por vasoconstricción y posiblemente anemia.
  • Ojos hundidos y mucosas secas.
  • Aumentan los hematocritos y las proteínas totales.

Reposición de líquidos
Si ves que tu mascota desarrolla alguno de los síntomas anteriormente descritos o se comporta de forma extraña, no dudes en visitar al veterinario para que valore la situación, puesto que tu felino puede estar sufriendo una importante deshidratación.

En caso de pérdida de líquido corporal es necesaria la reposición: puede hacerse por vía oral, si no hay vómitos y si hay ingestión de líquidos, de lo contrario se usa la vía parenteral o subcutánea si la deshidratación es leve. La vía endovenosa sólo se emplea si la situación es grave. Siempre se debe pesar al paciente antes de comenzar la fluidoterapia.

Imprescindible ingerir agua
Es recomendable que el gato beba agua de un bebedero especial para mascotas, así conocerás la cantidad de líquido que ingiere diariamente. Evita que tu felino sacie su sed con agua de fuentes no controladas como peceras, fuentes de agua, piscinas, etc., porque de esta forma se pierde el control de la cantidad que ingiere.

Otra recomendación es que el bebedero debe estar separado del comedero. No son aconsejables los que están adheridos o pegados, porque suelen caer restos de comida en él y ensuciar el agua. Intenta que tanto el comedero como el bebedero estén en un lugar tranquilo y sobre todo que en verano no les de el sol.

Muchas veces, controlar el agua que toman es la única forma de saber si tu mascota está ingiriendo la cantidad adecuada, sobre todo en la época estival, donde los casos de deshidratación son más numerosos. Recuerda que el golpe de calor es uno de los grandes peligros a los que se enfrenta tu pequeño amigo durante el verano.

Fuentes de bebida de agua
Hay muchos gatos a los que les encanta tomar agua de los grifos. Al principio, es una actividad que hace gracia a toda la familia, pero que con el tiempo se convierte en un problema. El gato no puede abrir el grifo solo, por lo que tendrá que haber alguien que se lo abra.

Además, generalmente los grifos no están a la altura del gato y éste debe trepar para alcanzarlo. Cuando sea joven no tendrá problema, pero cuando alcance la vejez y no se impulse bien, tendrás que ser tú quien le suba continuamente. Educa a tu gatito desde pequeño para que beba en su bebedero.

Para estos felinos a los que les gusta beber de fuentes corrientes o ya están acostumbrados a ellas y no usan casi el bebedero, existen unas fuentes especiales para gatos que solucionan este problema al mantener el agua circulando en un circuito cerrado y con un filtro que además, purifica el agua. De esta forma, puedes llevar un control del líquido que toma tu mascota.

Otra evidencia de que algo no funciona bien es cuando un gato que generalmente toma agua de su bebedero y orina en su piedritas, comienza a intentar beber agua de otras fuentes: grifos, inodoros, bañeras o elimina la orina fuera de la bandeja sanitaria. Esto también podría indicar que hay un aumento en la eliminación y en la cantidad de ingerir agua.