UNA PREGUNTA QUE VUELVE LOCA A LOS DUEÑOS
Agresividad:
Los gatos sufren tradicionalmente la fama de ser poco cariñosos, desapegados y con un fondo demasiado salvaje para un animal doméstico. Muchas personas creen que el comportamiento agresivo es innato y normal en el gato y soportan situaciones que no son beneficiosas ni para ellos ni para su mascota.
Algunos gatos se acercan pidiendo
mimos y al cabo de un rato se vuelven y muerden la mano que les acaricia.
Suelen ser gatos a los que separaron muy pronto de su madre
(rondando el mes) y por ello no aprendieron a
relacionarse correctamente. Hay que tener en cuenta que los juegos felinos
se basan en el aprendizaje para la caza. Este problema es difícil
de corregir, pero si observamos cuidadosamente al gato, su mímica
facial nos
advertirá un momento antes del ataque,
con lo que podremos evitarlo. La mejor forma consiste en incitarle a jugar
con un plumero o cordel o tirando una pelotita para distraer su atención.
Otro comportamiento anómalo consiste en el gato que se aposta en
una esquina del pasillo y cuando pasa un humano se avalanza sobre él
mordiéndole los tobillos. Al principio no suelen hacer daño
pero según pasa el tiempo el mordisco es cada vez más profundo.
Estos gatos sufren de estrés crónico al carecer de los suficientes
estímulos. La solución consiste en ofrecerles diferentes
tipos de juguetes que iremos introduciendo poco a poco . Cada día
le incitaremos al juego durante unos minutos como una forma de hacer ejercicio
y de descargar las tensiones (para el gato y para su dueño). El
juego preferido de cualquier gato es cazar: perseguir un objeto pequeño
que se aleja. Si lanzamos hacia él un cochecito teledirigido o le
perseguimos nosotros a él se sentirá acosado y agravaremos
el estrés que sufre. En cambio, jugar deslizando un cordel por el
suelo o agitando un plumerole estimulará. Otras soluciones no tan
fáciles pueden ser adoptar otro gato (no siempre es factible) ,
adoptar un perro u otra mascota como pequeños roedores o peces.
Tanto los roedores como los peces son un gran entretenimiento para los
gatos, que gustan de
observar su comportamiento.
En ocasiones algún gato
puede sentir aversión hacia una persona determinada y lo demuestra
al principio huyendo de ella. Cualquier animal que se siente acosado huye
si tiene la posibilidad. Algunas personas insisten en su aproximación
al gato, lo cual puede
desembocar en amenazas (bufidos. gruñidos.
mímica,..) y en ataque. Algunas veces todo sucede tan rápido
que las personas sólo notan el ataque, incluso con acoso por parte
del gato. En estos casos se requiere un estudio profundo que ponga al descubierto
las personas afectadas, las situaciones y los lugares. Como regla general
debemos tener en cuenta que el gato solo atacará cuando se sienta
acosado. Para evitar esta situación
permitiremos siempre que huya, no miraremos al
gato fijamente ni a los ojos. no nos aproximaremos al gato ni invadiremos
su lugar de reposo.
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