Residencias
Si vamos a viarja y no podemos llevar con nosotros al gato, debemos asegurarnos de que está bien atendido durante nuestra ausencia por algún amigo o vecino o en un residencia especializada para gatos. Deberíamos elegir una residencia para gatos con suficiente antelación a nuestras vacaciones. Conviene repasar las condiciones y hacer todos los arreglos con tiempo, ya que muchas residencias están reservadas desde meses antes.

La residencia debería estar inmaculadamente limpia y los gatos bien atendidos. Los animales deben poder salir al exterior y ver a sus compañeros, pero manteninéndoles separadas para evitar posibles infecciones. Todas las escudillas de comida y los cuencos de agua tienen que mentenerse limpios y esterilizarse, y las camas deben ser desechables o de un material que pueda desinfectarse cada vez que llega un nuevo ocupante. Las instalaciones también deben contar con una seguridad eficaz, y con al menos dos barreras exteriores para evitar fugas de los alojados o la entrada de gatos extraños.
 

Hay que informar al personal de la residencia si nuestro gato necesita una dieta especial, y asegurarse de que su vaconación está al día. La residencia debería permitir que dejemos al gato algunos objetos que le recuerden a su casa, como por ejemplo su juguete favorito.